La Semana Santa en León es una fiesta declarada de Interés Turístico Internacional, señalada en el calendario festivo leonés como la más importante del año.
Durante los diez días que transcurren desde el Viernes de Dolores al Domingo de Pascua, un total de 16 cofradías y hermandades, integradas por decenas de miles de "papones", nombre único y de gran personalidad que en León reciben los hermanos cofrades, a las que se unen la Junta Mayor de la Semana Santa de León y la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Mercado y del Camino "La Antigua", recorren las calles de una ciudad atestada de gente como en ningún otro momento del año.
Durante los diez días que transcurren desde el Viernes de Dolores al Domingo de Pascua, un total de 16 cofradías y hermandades, integradas por decenas de miles de "papones", nombre único y de gran personalidad que en León reciben los hermanos cofrades, a las que se unen la Junta Mayor de la Semana Santa de León y la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Mercado y del Camino "La Antigua", recorren las calles de una ciudad atestada de gente como en ningún otro momento del año.
Dos de los actos principales son los organizados por la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, fundada en 1611 (aunque recientes investigaciones sugieren que podría ser incluso anterior): la "Ronda" y la Procesión de los Pasos, que cuentan con una declaración de Interés turístico Nacional, así como una mención especial en la declaración de Interés Turístico Internacional de la Semana Santa.
La Ronda es un acto singular y único, reflejo de la gran tradición que envuelve la Semana Santa leonesa. Como tal, la Ronda parte a las 12.00 de la noche de la Pza. de San Marcelo, en pleno centro de la ciudad, donde lleva a cabo ante el antiguo Ayuntamiento de la capital el primero de sus "toques" oficiales, con el que llama al pueblo de León a la procesión de los Pasos, auténtica recreación del Calvario, a la mañana siguiente. Para ello, cuatro hermanos de la cofradía, ataviados con su túnica, aunque descubiertos, hacen sonar la esquila, el clarín y el tambor, cuyo patetismo precede al canto desgarrado del cuarto hombre, que clama: "Levantaos, hermanitos de Jesús, que ya es hora". Ese primer toque, precedido del correspondiente responso, es recibido por el Alcalde desde el balcón, en representación del pueblo de León. Acto seguido, la Ronda se desplaza al Palacio Episcopal, donde repite el acto en presencia del Obispo, que los recibe en nombre de la Diócesis; más tarde, ante el Palacio de los Guzmanes, sede de la Diputación Provincial, cuyo presidente los recibe en nombre de la provincia leonesa; a continuación, ante la Subdelegación de Defensa, que los recibe en nombre de las Fuerzas Armadas; ante la Subdelegación del Gobierno, que los recibe en nombre del Gobierno de España, y, por último, ante la casa del abad de la Cofradía, que los recibe primero a su puerta, y luego, en un segundo toque, en su balcón, despidiéndole la Ronda para que vaya a descansar para la procesión. Tras ello, la Ronda recorrerá la ciudad durante toda la noche

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